Ya hemos aprendido cómo se forman los ríos, qué partes tienen y qué especies animales y vegetales viven en ellos. También las características físicas de los 3 tramos en los que los dividimos para estudiarlos.

La estructura de los ríos funciona y se mantiene transformando una energía potencial (representada por volúmenes de agua situados a mayor altitud) en una energía cinética (corrientes de agua).

Además de esta conversión de energía los procesos de erosión, transporte y sedimentación que ocurren en el río determinan las características de su cauce, riberas y llanuras de inundación y también determinan por dónde discurren en cada momento (pues el curso de los ríos cambia a lo largo de los años) y qué forma tienen (ríos rectos, meandriformes, trenzados…).

Imagina que eres un gran explorador o exploradora y que estás siguiendo el curso de un río. En el tramo alto, verás que el agua del río corre rápidamente, con tanta fuerza que arranca trozos de tierra y rocas (sedimentos), y los transporta en su cauce. Este proceso se llama erosión.

Pero, como todo buen explorador o exploradora sabe, el río también tiene momentos de calma en su tramo medio y bajo. Cuando el río ya no tiene tanta fuerza los sedimentos se asientan en el fondo del río. Es como si el río dijera: “¡Es hora de descansar y dejar que los sedimentos se queden aquí!”. Este proceso se llama sedimentación.

Cuando el caudal del río aumenta de forma extraordinaria, por lluvias extraordinarias, el río se desborda y deposita sedimentos y nutrientes fuera de su cauce, en las llamadas llanuras de inundación. Son como grandes alfombras de sedimentos y nutrientes y por eso son terrenos perfectos para las plantas y los árboles, y también para los cultivos.

Otras veces, en los tramos medios y bajos, por el proceso de sedimentación, se forman islas en mitad de los ríos, en las que crece mucha vegetación y que son refugio de muchos animales.