SOBREXPLOTACIÓN DEL AGUA
Los ríos y acuíferos nos proporcionan el agua que consumimos en nuestros hogares y la que consumimos en otros usos (en la agricultura y ganadería, las industrias, la producción de energía hidroeléctrica y en otras actividades económicas).
Para captar el agua de los ríos se construyen azudes, que remansan el agua, y embalses, que la almacenan. En el caso de los acuíferos, construimos pozos.
Pero, si extraemos demasiada agua, se produce la sobreexplotación de este recurso natural y su agotamiento. Además, en el caso de los ríos, si captamos demasiada agua se altera el ecosistema fluvial:
- Se reducen los hábitats y la biodiversidad (las especies animales y vegetales que forman parte del río).
- Empeora la calidad del agua, ya que al llevar menos agua se diluyen menos los contaminantes.
- Se altera la forma de los cauces, la vegetación de ribera y también las llanuras de inundación.
Por eso es importante controlar el agua que se capta de los ríos y hacer un consumo responsable de ella. Además, muchas personas investigan para desarrollar tecnologías avanzadas que nos permitan reducir el volumen de agua que necesitamos para los diferentes usos.
CURIOSIDAD
¿Sabes qué son los caudales ecológicos?Como hemos visto, las extracciones de agua de los ríos pueden deteriorar el ecosistema fluvial. Los caudales ecológicos son los caudales que no podemos extraer, que deben permanecer en el río para que el ecosistema no se deteriore.
Los caudales ecológicos deben respetarse en todas las captaciones de agua de los ríos, para cualquier uso (riego, abastecimiento, producción de energía hidroeléctrica…). Las personas que trabajan en la protección de los ríos realizan inspecciones y aforos para comprobar que se respetan los caudales ecológicos.