DEL RÍO AL GRIFO
Imagina que estás sediento/a y quieres beber agua. ¿Qué harías? Seguramente irías a la cocina y abrirías el grifo para tomar agua fresca y limpia. Pero ¿alguna vez te has preguntado de dónde viene esa agua y cómo llega hasta tu casa? Aunque te parezca increíble toda el agua que utilizamos viene de nuestros ríos, lagos o de nuestras aguas subterráneas. ¡Incluso el agua de las piscinas! ¿Cómo es posible?
Vas a descubrir cómo una gota de agua viaja desde el río hasta tu grifo.
Para poder captar agua de los ríos hemos construido embalses. Los embalses nos permiten almacenar el agua para abastecernos, porque los ríos no siempre llevan el mismo caudal. En épocas de sequía, que normalmente coinciden con el verano o el otoño, los ríos llevan menos agua, pero ¡nosotros necesitamos el agua todos los días del año!
Desde los ríos o los embalses salen unas grandes tuberías que llevan el agua a una estación potabilizadora, donde se trata el agua para que sea apta para su consumo y que no suponga un riesgo para nuestra salud ya que, aunque parezca muy limpia, el agua de los ríos puede contener microorganismos y otras sustancias que nos pueden hacer enfermar.
Y ahora que el agua del río ya está potabilizada, cientos y cientos de kilómetros de tuberías la llevan hasta nuestras casas donde podemos utilizarla, pero ¡recuerda! Utiliza solo la que necesites, como ya sabes el agua es un recurso escaso y finito.
Ilustraciones Alba Alonso
RECUERDA
Para poder beber el agua que captamos de los ríos y acuíferos normalmente hay que potabilizarlaHay que eliminar los microorganismos y las sustancias que pueden poner en riesgo nuestra salud.